l diseñadora de crochet javi hook sostiene una torre de tejidos

¡Larga vida a tus tejidos! Consejos para cuidarlos con amor del bueno

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¿Sí o no que cuando terminamos un proyecto que nos fascina, a las tejedoras se nos activa el instinto de preservación? Porque claro, generalmente son muchas horas de trabajo, conocimientos y dinero invertidos. Es un producto construido por nosotras, que pasa a formar parte de nuestra historia como tejedoras. Yo no estoy  dispuesta a que, al primer despiste, se vaya a la lavadora, con resultados desastrosos.

Durante los años que llevo dedicada a este oficio, he incorporado una serie de pequeñas acciones para preservar estos valores tan preciados y que me acompañen temporada tras temporada. Es una modesta forma de honrar mi trabajo y, por supuesto, cuidar el medio ambiente. Así que para comenzar el año, te comparto los consejos que, a mi juicio, mejor funcionan a la hora de cuidar, lavar y guardar mis tejidos. Guárdalos porque, te aseguro, los vas a necesitar.

Imagen: Pexels.com 

Primero que todo, es fundamental tener claro que las prendas de fibras naturales, como lana merino, mohair o baby alpaca; no necesitan ser lavadas luego de cada uso. No se trata de falta de higiene, sino que este tipo de hilados son naturalmente antibacteriales, así que basta con dejarlos al aire antes de guardarlos. Eso elimina los escasos olores que pudiera haber y alarga la vida útil de la prenda. Luego de varios usos, sí conviene lavarla, pero siguiendo algunas reglas.

Un tejido artesanal, no importa si es a crochet o palillos, siempre va a estar mejor fuera de la lavadora. El lavado a mano es clave para preservar tu trabajo en las mejores condiciones: es más suave y amable con la trama. Para óptimos resultados, debe realizarse brevemente, sin retorcer la prenda, con un jabón o shampoo especial, y agua fría. Las lavadoras cuentan con ciclos para lanas y pueden ser útiles -sobre todo con fibras sintéticas-, pero yo jamás los he utilizado.

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Centrifugar nunca es la mejor opción. Una vez enjuagado el tejido con agua fría, elimina el jabón lo más posible con tus manos y extiende la prenda sobre una toalla amplia, mullida y seca. Enrolla la toalla y presiona sin demasiada fuerza, para que la toalla absorba el exceso de agua. Si eliges centrifugar, preocúpate de no sobrepasar las 800 revoluciones por minuto.

Para secar tu tejido, busca la sombra y jamás lo cuelgues. Extiéndelo sobre una superficie plana y permite que el aire haga su trabajo con el hilado. No lo guardes hasta que esté completamente seco. Usa herramientas para hacerles un cariñito de vez en cuando y elementos que alejen las polillas de tu armario. 

10 materiales y herramientas que me gustan

  • Champú suave para lanas. Los ideados en específico para bloqueo funcionan de maravilla y muchos cuentan con lanolina para suavizar las fibras. Si no, elige uno ultra suave (los de bebé, por ejemplo).
  • Bolsa de lavado confeccionada en malla: sirve para no rozar tanto la prenda al lavarla pero, sobre todo, para cuando tejes con hilados aptos para lavadora. Si estás en ese pie, la bolsita va a cuidar tu joyita.
  • Toalla destinada para "secar" tus tejidos, de un color claro, amplia y gruesa, para que retenga mucha humedad y no traspase color. Existen algunas específicas para esto en el mercado, pero para mí basta con tener una exclusiva para mis proyectos.
  • Un cesto plegable de malla, de los que se usan para lavandería. Puede ser demasiado útil en espacios pequeños. Desplegado, sirve de superficie para secar tu prenda al aire, con ayuda de la malla. Aunque venden bases de malla plegables y diseñadas para tejidos, el cesto es muchísimo más económico.
  • Para las profesionales, el deshumidificador es una súper máquina. Se trata de un aparato capaz de secar el ambiente y todo lo que se encuentre en un espacio cerrado, incluyendo tu ropa y sin necesidad de tocarla. Es ideal para el invierno y zonas húmedas, pero uno de calidad en Chile cuesta desde $200 mil (alrededor de USD 220).
  • Peine manual o afeitadora a pilas para retirar las pelusas o pilling de tus tejidos. Es cero estético andar con motas por la vida, así que aplícalo cada cierto tiempo. ¡Por favor! olvídate de la máquina de afeitar clásica. Las hojas afiladas cortan hebras con facilidad.
  • Peine cardador para mohair: como este hilado está lleno de pelitos, es ligero, vaporoso y de hebra fina, tiende a apelmazarse con el uso. Para revivirlo, basta con cardarlo suavemente con un cepillo especial, que es firme y áspero. Los hay planos y de rodillo, pero ambos mejoran la apariencia de los tejidos peludos.
  • Bolsas de tela y/o papel de seda blanco para proteger tus tejidos mientras permanecen guardados en el armario. Evita el roce, los enganches y el eventual "amarilleo" de prendas claras.
  • Si vives en un lugar húmedo, compra bolas anti humedad para armarios (se colocan dentro de un recipiente, que debes vaciar de vez en cuando). 
  • Para evitar las polillas: madera de cedro o saquitos de lavanda en armarios y cajones, que debes renovar todos los años (el cedro lo puedes lijar para activar el aroma de sus aceites). Hay quienes usan cáscaras de cítricos secas, tabaco y hasta ají ahumado, pero yo no he experimentado con esas opciones.

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