Entrevista a Pilar Gárate, del Club del Crochet: "Me da las herramientas para confiar en mi talento"
La historia de Pilar Gárate (chilena, 50 años) con el tejido, partió junto con la pandemia del Covid en 2020, cuando por primera vez tomó en serio un crochet. Poco después, una familiar le comentó del Club del Crochet y se fascinó con la posibilidad de tejer un proyecto mensual de manera guiada. Tanto, que nunca más paró y a la fecha es una de las más entusiastas a la hora de partir un nuevo mes o participar de los encuentros tejeriles. Aquí Pilar nos cuenta su experiencia, de cómo el crochet incluso abrió para ella un espacio de autoconocimiento y el gusto por ser parte de esta comunidad amable y constructiva.
¿Por qué te uniste al Club del Crochet?
Partí viendo tutoriales y una familiar me comentó del Club. Encontré increíble tener un proyecto cada mes y de forma guiada. Eso me encanta. Y la manera como Javi combina proyectos es genial, pues he aprendido muchas cosas que me han ayudado a avanzar en distintos aspectos del oficio.
¿Qué es lo que más te gusta de tejer siendo parte del Club?
Sobre todo, que me abrió un mundo increíble que muestra la versatilidad del crochet, que puede ser empleado para prendas, accesorios, amigurumis y en fin, muchas otras cosas más que antes no imaginaba.
¿Qué conocimientos tejeriles has aprendido en el Club?
De partida, el conocimiento de hilados, grosores y terminología tejeril que hoy me permite trabajar con cualquier patrón sin problemas. También me fascina saber de la estructura de las prendas y cómo se construyen, con diferentes formas. Me encanta sumar nuevos puntos y técnicas, el uso del color y los conocimientos sobre bloqueo que me han abierto muchas nuevas posibilidades.
¿Cuáles han sido tus proyectos favoritos desde que eres parte del Club?
Si bien tengo algunos proyectos que me han gustado más que otros, para mi TODOS han dejado aprendizaje y me han permitido mejorar mi técnica, además de conocer diseñadoras increíbles.
¿Qué destacarías de tu experiencia con la membresía?
Lo que más me gusta es que cada mes es un desafío. Hemos tejido muchas cosas distintas y algunas que jamás pensé tejería. Por ejemplo, al principio no me atrevía con los amigurumis y la Vaca Ramona me abrió un mundo. Al día de hoy ya he tejido muchos y en mi familia hacen fila para pedir como regalo un amigurumi hecho por mí.
Hay patrones que a simple vista parecen complejos, pero el club me ha dado la motivación y las herramientas para confiar en mi talento y realizarlos. Gracias al Club he tenido una gran evolución en mi técnica y conocimientos. Hoy me atrevería a decir que Javi y el Club me han llevado por un recorrido que me permite conocer la mayoría de las técnicas de crochet, de una manera entretenida y desafiante.
Mis felicitaciones a Javi por la evolución que ha tenido el Club. Las diseñadoras invitadas han sido un tremendo plus que ha enriquecido mi espectro tejeril. Todo acompañado por la continua guía y disposición tanto de Javi, como de las otras compañeras, para apoyar en todo momento.
Finalmente felicitar por la plataforma web de la membresía, que permite tener todo disponible de manera fácil, y también especial mención al clima del Club, siempre muy acogedor y con buenos comentarios siempre.
Además del aprendizaje tejeril, personalmente ¿qué es lo que más disfrutas del club?
El crochet me ha permitido conectarme conmigo, dejar a un lado el estrés. Cuando tejo es como estar meditando y eso ha impactado en la forma en que veo mi trabajo, a mi familia y como quiero proyectarme. Ha sido un cable de conexión a tierra y una puerta de conocimiento personal.
También me encanta la comunidad que hemos formado. Aquí no hay críticas, sólo buenos consejos y ánimo. Con lo duras que son las redes sociales hoy en día, se agradece contar con un espacio que cuida la buena convivencia y favorece la cooperación. Si bien yo partí en pandemia y estaba bastante alejada de las juntas, actualmente me ha parecido increíble poder reunirnos y disfrutar de la compañía de otras tejedoras. ¡Mis hijos ya saben que no me pierdo las juntas!
¿Hay algún dato extra que nos quieras contar?
¡Sí! El lado malo de esto, jajaja. Y en mi caso, lo único negativo serían los vicios tejeriles: acumular lanas y nunca considerarlas suficientes, tener muchos bolsos de tejido repartidos por la casa y tomarme bastantes espacios para guardas hilados y accesorios.
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