Más de alguna vez debes haber mirado un tejido con desprecio porque “ya se puso feo”. Probablemente esto se debe a que con el uso se ha llenado de pelusas.
Este fenómeno se conoce como pilling, que en inglés significa “frisado”.
Un mito muy común es que esto ocurre sólo con lanas de mala calidad. La verdad es que el pilling es un fenómeno natural e invitable y se puede ver tanto en hilados acrílicos como en fibras naturales como la lana, la baby alpaca y la seda.
Lo que sí se puede hacer es disminuir su aparición, evitando el roce del tejido. ¿Cómo? Evitando el uso de otras prendas como chaquetas y abrigos sobre el tejido, o el uso de accesorios como collares, bolsos y pulseras.
La verdad es que a mí me parece un poco aburrido vivir tratando de evitarlo, porque la idea es usar lo que tejemos.
Por eso, mi recomendación es que en vez de evitar el roce, cuidamos las prendas tejidas con frecuencia.
Para esto, creo que lo mejor es que antes de usarlo, o al guardarlo después de un lavado a mano o a máquina (si la fibra lo permite), pasarle por encima esta hermosa herramienta llamada peine de lana.
Se trata de una peineta que en vez de las que usamos para el pelo, tiene un peine cilíndrico y metálico. Para usarla, se debe rozar por sobre la superficie del tejido, siempre en el mismo sentido y siguiendo la dirección de la trama. Así, se van empujando las motas de a poco hasta llegar al límite del tejido. Una vez ahí, debemos quitar las pelusas que se han acumulado en el peine y repetir.
En este video te muestro cómo lo hago en distintos tejidos que hizo mi mamá para mi bebé:
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